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LA ENEIDA

ribles puertas del templo de la guerra serán cerradas con fierro y comprimidas sus trabazones; y la discordia impia sentada en el fondo sobre armas homicidas y amarrada por detrás con cien cadenas de bronce, horrible, bramará con su ensangrentada boca." Dijo esto, y desde el alto Olimpo envió al hijo de Maia para que las tierras y las murallas de la nueva Cartago se abriesen en hospitalidad á los Troyanos, y no suceda que Dido, quc ignora los decretos del destino, los aleje de sus Estados. Vuela Mercurio por los anchos aires batiendo sus alas: pronto llega á las rejiones de la Libia, y en el acto cumple las órdenes de Jupiter. Los Fenicios deponen sus feroces corazones, como el Dios lo queria. La Reina, la primera, tiene para los Troyanos disposiciones pacificas y sentimientos benignos.

Entretanto el piadoso Eneas, revolviendo durante la noche diversos pensamientos, determina salir, así que aparezca la dulce luz, á explorar estos nuevos lugares, saber en qué costas los ha arrojado el viento, procurando averiguar quiénes las habiten, si sean hombres ó fieras, pues que las ve incultas, y traer noticias ciertas á sus compañeros. Ocultó su armada en el fondo de los bosques, bajo concavas peñas cerradas en torno de árboles y de horrendas sombras, y sale acompañado por solo Achates, blandiendo un par de jabalinas de anchas hojas.

En medio de las selvas, su madre se le presenta con el rostro y vestidos de una doncella y las armas de Espar-