culpado cuando se dió muerte, cuanta menos razón tuvo para matarse; porque si justamente abominamos de la acción de Judas y la misma verdad condena su deliberación, pues con ahorcarse más acrecentó que satiafizo el crimen de su traición (1) (mediante á que, desesperado ya de la divina misericordia y pesaroso de su pecado, no dió lugar á arrepentirse y hacer una saludable penitencia), ¿cuánto más debe abstenerse de quitarse la vida el que con muerte tan infeliz nada tiene en sí que castigar? Y en esto hay notable discrepancia, porque Judas, cuando se dió muerte, la dió á un hombre malvado, y, con todo, acabó esta vida no sólo culpado en la muerte del Redentor, sino en la suya propia, pues aunque se mató por un pecado suyo, en su muerte hizo otro pecado, y bastante grave.
CAPÍTULO XVIII
Mateo, cap. XXVII v. 2.