porque el conocimiento de la criatura en sí misma está más obscuro y de color quebrado (por decirlo así) que cuando se conoce en la sabiduría de Dios, como en un modelo y arte donde se hizo. Y así más propiamente puede llamarse tarde que noche, la cual tarde, sin embargo, como he insinuado, cuando se refiere para alabar y amar á au Criador, viene á parar en mañana: todo lo cual, siempre que se ejecuta en el conocimiento de sí mismo, se hace el primer día: cuando en el conocimiento del firmamemento, que hay entre las aguas superiores é inferiores y se llama cielo, se hace el segundo día: cuando en el conocimiento de la tierra, mar y de todas las plantas que en la tierra producen su semilla y fruto, el tercero día: cuando en el conocimiento de los luminares mayor y menor, y de todas las estrellas, el cuarto día; y cuando en el conocimiento de todos los animales del agua y volátiles, el quinto día: cuando en el conocimiento de todos los animales terrestres y del mismo hombre, el díx sexto.
CAPÍTULO VIII
Pero cuando descansa Dios de todas sus obras, al séptima día, y le santifica, no debe entenderse materialmente como si Dios hubiese padecido alguna fatiga ó cansancio ideando y ejecutando tan grandes maravillas en estos días, supuesto que dijo y se hicieron todas las cosas con la virtud de sola su palabra inteligible y sempiterna, no imbécil y temporal: sino que el descanso de Dios significa el de los que descansan en Dios,