sin duda, todas las almas. Por ello lo que en griego se dice Phoen, los nuestros lo interpretan algunas veces soplo, otras espíritu, otras inspiración.ó aspiración, y otras también alma; pero la palabra Pneuma siempre es espíritu, ya sea del hombre, como cuando dice el apóstol (1): «¿qué hombre puede saber lo que está encerrado en el pecho del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?»; ya sea de las bestias, como se lee en el Eclesiastes (2): «¿quién sabe si el espíritu del hombre sube al cielo, y si el espíritu de la bestia baja á la tierra, y perece juntamente con el cuerpo?», ya sea este espíritu corpóreo, que también llamamos viento, porque este nombre se halla en el Imo, donde dice: ignis, grando, niz, glacies, spiritus tempestatis, «el fuego, el granizo, la nieve, la helada y el espíritu tempestuoso»; ya sea, no el espíritu criado, sino el Criador, como lo es cuando dice el Señor en el Evangelio: accipite Spiritum Sanctum, «tomad el Espíritu Santo», significándonosle con el soplo corporal de su santísima boca; y donde diee: Ite, baptizate omnes gentes in nomini Patris, et Filii, et Spiritus Sancti, «andad y bautizad á todas las gentes en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo»; donde excelentemente y con la mayor evidencia se nos encomienda y declara la Santísima Trinidad, y donde dice: Deus spiritus est, «Dios es espíritu», como en otros muchos lugares de la Escritura; pues en todos ellos en la versión griega vemos que dice, no Pnoen, sino Pneuma, y en la latina, no soplo, sino espíritu. Por lo cual, si cuando dijo, inspiró ó, si se dice con más propiedad, sopló en su cara, le in(1) S. Pablo, I ep á los Corinth. cap. IL: ¿Quis enim scit hominum quæ sunt hominis, nisi spiritus hominis, qui in ipso eaft (2) Eccles., cap. III, Numer., cap. XXI: ¿Quis scit si spiritus hominis ascendat aureum in colum, et spiritus pecoris descendat deorsum in terram?