Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/142

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memoria voluntaria se liga al trabajo del espíritu y a la verdad literaria. En el sabor de magdalena noestán incluidos en forma lógica los motivos de la alegria del héroe. Sólo la memoria involuntaria -no conocida por los llamados escritores realistas- puede llevarnos allgoce del instante de la vida que revelan las impresiones, libres de lo que hay de defectuoso en la percepción exterior, esto es, puras e inmateriales, pues la percepción grosera se interpone entre el espíritu y la realidad, pero-una vez que las impresiones de las cosas llegan a nuestra memoria, se vuelven i nmateriales. Swann había podido comprobar la diferencia entre los días de sus amores con Odette, tal como los recordaba voluntariamente, y tal como habían sido, en los recuerdos y asociaciones en que se sumía, al escuchar en el salón Sainte-E uverte la sonata de Vinteuil, pues esta última reminiscencia, provocada por la música, traía consigo al yo que era entonces y a su verdadero dolor (VII, 216), (lll, 869). La crítica de la memoria voluntaria se apoya, pues en su uniformidad, en que retiene lo que todos saben y nada importa, en que depende de la inteligencia razonadora, en que separa de los recuerdos las cosas y las personas con que originariamente estaban asociados. De allí la falsedad del arte imitativo : . . . A lo sumo notaba accesoriamente que la diferencia que existe entre cada una de las impresiones reales -diferencias que explican que una pintura uniforme de la vida no puede ser parecida- depende probablemente de que la menor palabra que hemos dicho en una época de nuestra vida, el gesto más insignificante que hemos hecho iba acompañado, llevaba en él el reflejo de cosas que, lógicamente, no eran suyas, que fueron separadas de él por la inteligencia que no tenía nada que hacer con ellas para las necesida- des del razonamiento, pero en medio de los cuales -aquí reflejo rosa de la tarde sobre la pared florida de un restaurante campestre, sensación de hambre, deseo de mujeres, placer de lujo; allí volutas azules del mar mañanero envolviendo unas frases musicales que emergen parcialmente de él como hombros de las ondinas- el gesto, el acto más sencillo permanece clausurado como en mil vasos cerrados cada uno de los cuales estuviera lleno de cosas de un color, de un olor, deuna temperatura absolutamente diferentes: sin contar 143 exterior, que conduce a una concepción imitativa de la literatura. En cambio, la