Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/65

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conversación con el héroe en el salón de la señora de Swann, delínean la manifestación de la verdad en la frase bella y musical, y la expresión por la voz, que parece afectada, es determinada por la profundidad del pensamiento, como un discurso musical que se presenta originario y ligado a la literatura del maestro, pero que es juzgado como pedante y confuso hasta descubrir la consustanciación con una especie de interpretación individual de las verdades de nuestro espíritu”. Proust ha desarrollado una demostración ficcional y ha obtenido verdades de Ia ficción a propósito de Swann y Odette y de Ia relación entre música y amor. Pero regresa sobre la cuestión para enriquecerla. El proceso de individuación de la multiplicidad de sensaciones, en que al principio consisten las muchachas en flor, es comparado y descripto con los mismos términos con que se presenta el proceso de individuación de las ideas musicales de la sonata de Vinteuil, y el descubrimiento del sitio exacto donde se encuentra el lunar de Albertina es comparado con la búsqueda, por parte del héroe, del movimiento de la sonata en que se encuentra la famosa frase, mientras se destaca, para los dos casos, que el lugar es muy diferente del que originariamente se pensara. De modo que los gorjeos de las muchachas en flor son los instrumentos de su individualidad para el espíritu asombrado del héroe: La frase de Bergotte, leida en Combray y la frase hablada del escritor, en 66 contrastaba vivamente con sus compañeras, como un rey mago de tipo árabe en un cuadro del renacimiento; a las demás las reconocía por un sólo rasgo físico: a ésta, por sus ojos duros, resueltos y burlones; aquélla, por los carrillos de color rosa tirando a cobrizo, tono que evocaba la idea del geranio, y ni siquiera esos rasgos los había‘ atribuido indisolublemente a unamuchacha determinada y distinta; y cuando (con arreglo al orden en que se iba desarrollando este maravilloso conjunto, en el que se tocaban los más opuestos aspectos y se unían las más diferentes gamas de color, pero todo ello confuso como una música en la que me fuese imposible aislar y reconocer las frases que iban pasando, perfectamente distintas, pero inmediatamente olvidadas) veía surgir un óvalo blanco, unos ojos azules o verdes, no sabía bien si esa cara yesa mirada eran las mismas No había más que una que por su nariz recta y su tez morena,