Página:La romana. Presencia de la mujer en las Elegías del Corpus Tibullianum.djvu/63

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Ille ego cum tristi morbo defessa iaceres te dicor uotis eripuisse meis, ipseque te circum lustraui sulpure puro, carmine cum magico praecinuisset anus; ipse procuraui ne possent saeua nocere somnia, ter sancta deueneranda mola; ipse ego uelatus filo tunicisque solutis uota nouem Triuiae nocte silente dedi. vv.9-16 Yo, aquél, como yacieras abatida por la triste enfermedad, me digo que te liberé con mis votos, y yo mismo purifiqué a tu alrededor con azufrepuro, como hubiese cantado la anciana su hechizo mágico; yo mismo cuidé que sueños crueles no te pudieran dañar, debiendo ser ofrendada tres veces la harina y la sal; yo mismo vestido con lino y sueltas las túnicas, di nueve votos a Trivia en la noche silente. La respuesta actual de la mujeres el discidium, decididamente abominable si se considera que ella se ha salvado - según proclama el enamorado- por sus oficios y cuidados. Se presenta entonces un juego entre el ille ego de v.9 y un ille que resulta ser alter: Omnia persolui: fruitur nunc alter amore, et precibus felix utitur ille meis. vv.17-18 Hecumplido todas estas cosas; disfruta ahora otro del amor, y feliz, se vale aquél de mis preces. Encontramos aquí el motivo del ille alter que se presenta como elemento plenamente característico del mundo elegíaco. Esta figura, que resulta siempre un felix.ille enlaza con el amante feliz en envidiable posición que Catulo ubica frente a Lesbia ( ille mihi par esse deo uidetur, Carmen 51.1). El felix ille que goza de los favores de la domina es un moechus que continúa el circuito de los 63