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Small es sujeto bastante astuto, y con seguridad mandará por delante un espía; de modo que, si éste le comunicara algo sospechoso, se nos eclipsaría lo menos por una semana más.

—Pero usted podía haber empuñado á Mordecai Smith y obligado á que le enseñara el escondrijo de los otros—le observé yo.

Con eso no habría hecho más que perder mi día. Hay cien probabilidades contra una, de que Smith ignora su paradero. Mientras le den licor y dinero ¿por qué va á molestarlos con sus preguntas? Cuando necesitan de él le envían un recado, y nada más. No; yo reflexioné sobre todos los partidos posibles, y éste me parecía el mejor.

Durante la conversación habíamos ido pasando toda la larga serie de puentes que atraviesan ol Támesis. Estábamos ya enfrente de la City, cuando los últimos rayos del sol hacían brillar la cruz de la cúpula de San Pablo. Antes de llegar á la Torre había anochecido.

—Ese es el astillero de Jacobson dijo Holmes, señalando un grupo de mástiles por el lado de Surrey. Crucemos lentamente de arriba abajo ocultándonos detrás de esta línea de barcos.

Y, sacando del bolsillo un par de anteojos de noche, miró detenidamente la tierra. Veo á mi