en cuanto al autor. Miren ustedes cómo se abro en unas y otras hacia afuera la irreprochable e griega, y fíjense en el gancho de la s final. Son de la misma persona, no que dudarlo. No quisiera sugerirle á usted falsas esperanzas, señorita Morstan, pero hay algún parecido entre 2 esta letra y la de su padre?
—No puede haber dos que se parezcan menos.
—Estaba seguro de que esa iba á ser la respuesta de usted. Entonces, á las seis la esperamos. Ilágame usted el favor de dejarme estos papeles para examinarlos en el intervalo. No son más que las tres y media. Au revoir, pues.
—Au revoir—contestó nuestra visitante; y dirigiéndonos á ambos una mirada viva y amable, se guardó en el pecho la cajita de perlas y salió rápidamente.
Yo me acerqué á la ventana y desde allí la vi alejarse calle abajo, con paso ligero. Hasta que el turbante gris y la pluma blanca desaparecieron entre la obscura multitud, no me retiré de la ventana.
Qué mujer más simpática !—exclamé, volviéndome hacia mi compañero.
Este había encendido otra vez su pipa y estaba recostado en su sillón, con los ojos medio cerrados.