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wwwpensa mejor cerrada, ¿cómo no ha de poder un sabueso, enseñado especialmente, seguir un olor tan penetrante como éste? La respuesta no es difícil y... Pero hola! aquí están los representantes titulares de la ley.

Del piso bajo subía el ruido de fuertes pisadas y el clamor de sonoras voces; y la puerta se cerró con estrépito.

—Antes de que suban, ponga usted su mano aquí, en el brazo de este pobre diablo, y después en la pierna. ¿Qué siente usted?

—Los músculos están tan duros como si fueran de madera contesté.

—Así es. Se encuentran en un estado de extremada contracción, que excede en mucho al usual rigor mortis. Uniéndola á la torsión de la cara, & esa hipócrita sonrisa, ó sea la risus sardonica, como la llamaban los escritores antiguos ¿á qué conclusión llegaría usted?

—Muerte producida por algún poderoso alcaloide vegetal contesté. Alguna substancia parecida á la estricnina, que produce el tétano.

—Esa misma idea se me ocurrió apenas vi la tirantez de los músculos de la cara, y, al entrar en el cuarto, traté inmediatamente de encontrar los medios por los cuales el veneno se había introducido en el organismo. Como usted ha visto, pronto descubrí una espina que había sido en