Página:La señal de los cuatro - Arthur Conan Doyle (1909).pdf/88

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 90 —

¡Este es un lindo asunto !—exclamó el hombre corpulento.— Un asunto que vale la pena!

Pero quiénes son esos dos? ¿Cuál es la razón de que la casa esté tan poblada como una conejera?

—Me parece que usted debe recordar quién soy yo, señor Athelncy Jones—dijo Holmes con tranquilo acento.

¡Ya lo crec que sí!—mugió el otro. Usted es el señor Sherlock Holmes, el teorizador.

¡Acordarme de usted! Nunca olvidaré las lecciones que nos dió usted á todos nosotros sobre las causas, consecuencias y efectos, en el asunto de las Joyas de Bishopgate. Verdad es que usted nos puso sobre el buen rastro, pero usted convendrá ahora en que más le ayudó en ese caso su buena suerte que el raciocinio.

—Pues fué un caso de simple razonamiento.

¡Oh, vamos, vamos! ¡ Nunca se avergüence usted de reconocer la verdad! ¿Y qué me dice usted de esto ahora? Mal negocio, mal negocio!

1 Hechos descarnados, ningún lugar para las teorías. Qué suerte para mí, haberme encontrado hoy en Norwood, para hacerme cargo de este caso. Estaba en el puesto de policía cuando llegó el aviso. ¿De qué cree usted que ha muerto este hombre?

1