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CAPITULO V.


Adoracion y confirmacion de la misma verdad.


Increible parece que haya hombres que digan que el alma no es espiritual; porque si no lo es, entonces será ó nuestra sangre, ó algun humor, ó algun fluido finísimo, ó algun conjunto de fibras, ó algo por este tenor; cosa que á primera vista se presenta ya tan extraña y repugnante, que bien se alcanza su absurda falsedad. ¿Cómo es posible que el alma capaz de idear y ejecutar obras tan grandes y tan hermosas, no sea mas que un pedacito de carne, una madeja de nervios, un obillo de fibras, ó alguna porcion de sangre, ó de humores, ó de fluidos por delicados que se imajinen? Cuando admiramos los inmortales poemas de Homero, de Virjilio y de Taso, las elocuentes pàjinas de Demóstenes, de Ciceron y de Bossuet, los maravillosos cuadros de Miguel Anjelo y de Rafael, ¿cabe ni pensar siquiera que en aquellas cabezas no habia mas que car-