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LAS FUERZAS EXTRAÑAS

pues á esto se debe su manifestación en forma de "luz" y, llega un momento en que las ondulaciones dividen el rayo en trozos venciendo su cohesión; y como estas ondulaciones son arcos de círculo, sus extremos, libres de toda solicitación por otras fuerzas, se buscan, se unen y forman ruedas en el espacio.

La ondulación, levísima al principio en el rayo γ, empieza siendo una tendencia hacia la segunda dimensión, la latitud; pero esta no alcanza manifestación real sino al formarse los primeros círculos. El mundo de la longitud absoluta, el mundo de una dimensión, era, como es claro, el mundo de lo uniforme; un simple movimiento sin puntos de referencia, tan abstracto para nosotros como una idea, pero con existencia real. La transformación de la electricidad puramente estática en electricidad dinámica, es, pues, lo que engendra la segunda dimensión—la latitud—y con ella la superficie, es decir la forma.

Esta tendencia de la energía á permanecer, cambiando su movimiento absoluto en equilibrio, ó sea engendrando el principio de inercia, constituye la fuerza original en el nacimiento y organización de la materia; sin serlo todavía en nuestro supuesto universo de dos dimensiones, aunque en él existan ya la forma y la magnitud. Predo-