Página:Las Maravillas Del Cielo.djvu/145

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tudio. Yo os regalaré uno de estos globos, y poco a poco iréis aprendiendo á fijar la posición que en el espacio ocupan las principales constelaciones y las estrellas más notables que las forman. Semejante estudio no es fácil; pero poco á poco iréis dominando las dificultades que presenta, y entonces daréis por bien empleados cuantos esfuerzos os haya exigido el conocimiento de la más hermosa de las ciencias que pueden ser objetos de las investigaciones del hombre.

La distancia que separa á las estallas de nuestro mundo es grandísima, y no se mide ya por millones de kilómetros, sino por millones de millones y aun por trillones, esto es, por cantidades compuestas de trece á veinte cifras.

Sólo se ha podido medir la distancia que nos separa de ocho ó diez estrellas; todas las demás están tan lejos de nosotros, que todo cálculo se hace imposible.

La estrella más cercana es la Alfa, de la constelación del Centauro, y, sin embargo, dista de la Tierra sobre 32 millones de millones de kilómetros. Para formar idea de semejante abismo, hay que tener en cuenta que la luz, que camina más de 300.000 kilómetros por segundo y que sólo invierte ocho minutos y trece segundos en venir desde el Sol, necesita tres años y medio en llegar acá desde la estrella Alfa, del Centauro. Y ya os he dicho que ésta es la más cercana á nuestro mundo. La estrella llamada Vega de la Lira, que está cerca de la Polar, dista de nosotros 200 billones de kilómetros, y su luz tarda veinte años en reco-