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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

mujer, la encontré acostada sobre los tapices de la cama con un esclavo negro. Estaban conversando, y se besaban, haciéndose zalamerías, riendo y excitándose con juegos. Al verme ella, se levantó súbitamente y se abalanzó á mí con una vasija de agua en la mano; murmuró algunas palabras luego, y me dijo arrojándome el agua: «¡Sal de tu propia forma y reviste la de un perro!» Inmediatamente me convertí en perro, y mi esposa me echó de casa. Anduve vagando, hasta llegar á una carnicería, donde me puse á roer huesos. Al verme el carnicero, me cogió y me llevó con él.

Apenas penetramos en el cuarto de su hija, ésta se cubrió con el velo y recriminó á su padre: «¿Te parece bien lo que has hecho? Traes á un hombre y lo entras en mi habitación.» Y repuso el padre: «¿Pero dónde está ese hombre?» Ella contestó: «Ese perro es un hombre. Lo ha encantado una mujer; pero yo soy capaz de desencantarlo.» Y su padre le dijo: «¡Por Alah sobre ti! Devuélvele su forma, hija mía.» Ella cogió una vasija con agua, y después de murmurar un conjuro, me echó unas gotas y dijo: «¡Sal de esa forma y recobra la primitiva!» Entonces volví á mi forma humana, besé la mano de la joven, y le dije: «Quisiera que encantases á mi mujer, como ella me encantó.» Me dió entonces un frasco con agua, y me dijo: «Si encuentras dormida á tu mujer rocíala con esta agua y se convertirá en lo que quieras.» Efectivamente, la encontré dormida, le eché el agua, y dije: «¡Sal de esa forma