Página:Lopez Nuestra tierra.djvu/193

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

— 189 —

¡ Un recuerdo que bulle en la cabeza Del viejo morador de la montaña !

Una mañana, ¡inolvidable día! Ya iba a soltar el vuelo soberano Para surcar la inmensidad sombría

Y descender al llano, A celebrar con ansia convulsiva Su sangriento festín de carne viva, Cuando sintió un rumor nunca escuchado En las hondas gargantas de occidente, El rumor del torrente desatado,

La cólera mugiente Del volcán que, en horrible paroxismo, Se revuelca en el fondo del abismo.

Chispas de armas y cánticos de guerra

Resonaron después. Relincho agudo

Lanzó el corcel de la argentina tierra Desde el peñasco mudo;

Y vibraron los bélicos clarines

Del Ande gigantesco en los confines.

Crecida muchedumbre se agolpaba Cual las hondas del mar en sus linderos. Infantes y giínetes avanzaban Desnudos los aceros; Y atónita al sentirlos, la montaña Bajó la frente y desgarró su entraña.

El cóndor los miró, voló del Ande A la cresta más alta, repitiendo Con estridente grito: «Éste es el grande». Y San Martín, oyendo, Cual si fuera el presagio de la historia, Dijo a su vez: «¡ Mirad ! ¡Esa es mi gloria !» OLEGARIO V. ANDRADE. (Argentino.)