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Habían oído mentar la abundancia con que se produce allí el árbol vulgarmente conocido con el nombre de yerba- male, cuyo producto era entonces, más que hoy, de uso general en nuestros hogares, donde no podía pasarse sin el tradicional mate servido por la chinita y no pocas veces por la niña de la casa. Era, -—————--- mig pues, en busca de la yerba- mate que iban a Misiones los tres compañeros.
Unos indios mansos y tra- bajadores, como son los po- cos que aún quedan en Mi- siones, de quienes se hicieron amigos en sus correrías por las selvas, les dijeron que el árbol de la yerba-mate es algo; parecido al naranjo, y se pre- senta en forma de bosque- cillos aislados del resto de las demás familias vegetales, A. por cuya particularidad es Horas vethiato: fácil distinguirlo desde alguna colina o desde la copa de algún árbol elevado.
Lanzáronse, pues, en busca del deseado árbol; pero, sea que la zona elegida no fuese favorable a su crecimiento, sea que otros la hubieran explotado antes que ellos, el hecho es que pasaban días y días sin encontrarlo.
Empezaban ya a desalentarse por lo difícil de la empresa, pues tenían que abrirse paso a fuerza de machete en los en-
