— 3 3—
BIENES COMUNALES
(Refleziones de un niño)
Mi casa está situada en la sección 3*; en la misma sec- ción viven muchísimas familias, de las cuales conozco al- gunas solamente. Mientras unas familias poseen lujosos palacetes, otras habitan modestas casitas, y no faltan las que sólo- disponen de una pieza en una gran casa de ve- cindad. ?
Aunque los habitantes de la sección poseamos bienes particulares de muy diverso valor, todos tenemos igual de- recho a ciertas cosas que existen en aquélla. Cuando por las tardes voy a jugar con mis hermanos a la plaza, encon- tramos allí muchos otros niños que juegan también, y personas mayores que pasean por los jardines u ocupan los bancos. A ninguno se le ocurre que haya entre los con- currentes quien tenga más derecho a frecuentar la plaza, ni nos sentimos molestos porque otros jueguen o pasecn en ella a la par nuestra.
En la parroquia hay varias escuelas, cuyos edificios no han sido construidos ni amueblados por tal o cual vecino, sino por el Consejo de Educación, que es una rama del gobierno encargada de que todos los niños reciban la ins- trucción primaria. Mi hermano Manuel y yo concurrimos a una escuela de varones. Tanto a la que concurrimos nosotros como a la que frecuentan mis otros amigos, van muchísimos niños. A la mía concurren cerca de cuatro- cientos, y entre ellos los hay que pertenecen a familias pudientes y a familias obreras. Todos llaman a la escuela
