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PARA TODOS LOS HOMBRES DEL MUNDO
— Tío Carlos, ¿quieres que te cuente una cosa?
— Veamos de qué se trata.
— Antes prométeme no de- cir nada a nadie, porque ¿sa- bes? se trata de un secreto.
—Convenido.
—H¿Conoces a Luisa, mi compañera de clase?
— La conozco.
—Su papá es italiano.
Composición de la población — Y ¿qué hay con eso? de la Argentina. . — ¿Te parece poco?
— Ja, ja, ja! ¡ Vaya con tu secreto!
— ¿De qué te ríes? ¿Lo sabías ya?
—Lo había sospechado por el apellido de la niña; pero me río porque lo dices con tanta reserva y exiges que no lo cuente a nadie.
—Es que ella no quiere que se sepa la nacionalidad de su padre.
— No veo el motivo, mi buena Josefina.
— Dice que quizá las otras niñas del colegio dejen de quererla por eso.
— Pero, ¿está loca tu amiguita? ¿Acaso ha oído alguna vez que los argentinos tengamos otra cosa sino cariño a los extra jeros que lo merecen, se entiende?
— Ella dice que como todas las chicas de la escuela son tan patriotas. ..