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toldo de cueros de venados bien bruñidos, ó si no con pieles cosidas de caballo, dejando un agujero en el centro para dar respiradero al humo del hogar. Para recibir á sus huéspedes, Melicurrá sacó dos pellones negros, los que puso sobre un cuero de caballo, y les mandó sentar.

En tanto las mujeres servían la chicha, los criados sacrificaron un carnero y sirvieron una pierna asada á los visitantes.

Toda la tema de Mascardi era preguntarle por los españoles: pero Melicurrá no estaba en venas de hablar y, más que todo, se manifestaba receloso del viaje de Mascardi. Este procuró tranquilizarle, diciéndoie que no venía á hacer daño á los indios, sino á buscar su amistad,

Luego comenzó á tratar el Cacique Negro con Antullanca, y en seguida se hicieron compadres. Viéndolos tan entretenidos, Mascardi sacó el breviario para rezar, y al hacer la señal de la cruz, los dos indios se turbaron, pensando que les hacía el gualicho [1]. Comprendiéndolo así Mascardi, cerró el libro, pero antes se lo tomó el Cacique Negro, y

  1. El hualicho pampa se ha convertido en el daño argentino. Corresponde al fascino napolitano, jettatura ó mal de ojo, y es superstición que ha trascendido á los gauchos.