Página:Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo I (1898).pdf/105

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
107

y llamando al efecto al Medo Mazares, le mandó que inti mase á los Lydios cuanto le habia sugerido Creso ; que fue sen tratados como esclavos todos los demas que habian ser vido en la expedicion contra Sardes, y que de todosmodos le presentasen vivo delante de sí al mismo Páctyas .

CLVII. Dadas estas providencias , continuó Cyro su viaje á lo interior de la Persia . Entretanto , Páctyas , informado de que estaba ya cerca el ejército que venia contra él, se lleny de pavor, y se fué huyendo á Cyma. Mázares, que al frente de una pequeña division del ejército de Cyro mar chaba contra Sardes, cuando vió que no encontraba alli las tropas de Pactyas, lo primero que hizo fuéobligar á los Ly dios á ejecutar las órdenes de Cyro , que mudaron entera mente sus costumbres y método de vida . Despues envió unos mensajeros á Cyma, pidiendo le entregasen á Pactyas . Los Cymanos acordaron antes de todo consultar el caso con el dios que se veneraba en Branchidas , donde habia un oráculo antiquisimo, que acostumbraban consultar todos los pueblos de la Eolia y de la Jonia . Este oráculo estaba si tuado en el territorio de Mileto sobre el puerto Panorino.

CLVIII. Los Cymanos , pues, enviaron sus diputados á Branchidas, con el objeto de consultar lo que deberian ha car de Páctyas, para dar gusto á los dioses . El oráculo res pondió que fuese entregado á los Persas. Ya se disponian á ejecutarlo , por hallarse una parte del pueblo inclinada á ello , cuando Aristódico , hijo de Heraclides, sujeto que go. zaba entre sus conciudadanos de la mayor consideracion , desconfiando de la realidad del oráculo y de la verdad de ios consultantes ,detuvo á los Cymanos para que no lo eje cutasen hasta tanto que fuesen al templo otros diputados , en cuyo número se comprendió al mismo Aristódico .

CLIX. Luego que llegaron á Branchidas , hizo Aristódico la consulta en nombre de todos: - « ¡Oh númen sagrado ! Refugiose á nuestra ciudad el Lydio Paclyas, huyendo de una muerte violenta . Los Persas le reclaman ahora, y man .