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siertos áridos de la Siria[1] ; de suerte que las tinajas que van siempre llegando de nuevo , sacadas luego del Egipto , son trasportadas á la Siria , y allí juntadas á las viejas.

VII. Tal es la providencia que dieron los Persas apode rados apenas del Egipto , para facilitar el paso y entrada á su nueva provincia acarreando el agua aldesierto del modo -referido. Mas como Cambises, al emprender su conquista , no tuviese aún ese arbitrio de aprontar el agua , enviados al Arabe[2] sus mensajeros conforme al aviso de su hués " ped Halicarnasio, obtuvo el paso libre y seguro , mediante un tratado concluido bajo la fe pública de eñtrambos .

VIII. Entre los Arabes , los más fieles y escrupulosos en guardar la fe prometida en los pactos solemnes que contra . tan , úsase la siguiente ceremonia. Entre las dos personas que quieren hacer un legitimo 'convenio, sea de amistad ó sea de alianza, preséntase un medianero que con una pie dra aguda y cortante hace una incision en la palma de la mano de los contrayentes, en la parte más vecina al dedo pulgar ; toma luego unos pedacitos del vestido de entram bos, y con ellos mojados en la sangre de las manos va un . tando siete piedras alli prevenidas , invocando al mismo tiempo á Dioniso y á Urania, ó sea á Baco y á Vénus. Con cluida por elmedianero esta ceremonia , entonces el que contrae el pacto de alianza ó amistad presenta : y reco


  1. Da el nombre de Siria al desierto que cae entre el Egipto y la Idumea, confinante con la tribu de Judá , comprendiendo bajo aquel nombre el mencionado camino de tres jornadas.
  2. Era este Arabe un príncipe idumeo, reinante en la Arabia Pétrea . Los Idumeos descendientes de Esaú, vasallos antes del reino de Judá, gobernados por una especie de virey y despues de siglo y medio sublevados, se mantuvieron independientes, y en tiempo de la cautividad babilónica se hicieron tan poderosos, que si creemos á Herodoto , tenian bajo su dominio los puertos y em porios de los Filisteos, sin reconocer por dueños á los Persas, quo lo eran ya de Babilonia . La fe en los tratados era ciertamente una de sus virtudes características.