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135. Culto externo.—El culto externo es la expresión de los sentimie ntos religiosos en formas sensibles. El Culto externo está en perfecto acuerdo con la natura- leza humana, que tiende á manifestar exteriormente todos sus sentimientos. Toda afección que permane- ce muda y penetrada, dominando su expresión, lan-= guidece y se extingue.
El sentimiento religioso por su misma pureza y su- blimidad está más que ningún otro, expuesto á disi- parse en las preocupaciones de la vida, en la agita- ción y necesidades de cada día. El culto externo mantiene siempre vivos los sentimientos religiosos, que sin su estimulo se apagarian casi por completo, sobre todo en las almas que solo se alimentan de prácticas sensibles
El culto externo, aunque natural y legitimo, debe estar subordinado al interno y no degenerar en su- perstición idólatra, ni en vacio formalismo, pues se- gún el precepto evangélico, «Dios quiere ser adorado en espiritu y en verdad».
136. Culto público.—El culto público es el homena- ge queen común, tributan á Dios los hombres uni- dos en un mismo ideal religioso, bajo ritos y ceremo- nias determinadas.
La sociedad, dice Fenelon, no debe alterar el culto interno, sino ser una comunicación reciproca, un culto continuo que forme el principal vinculo de la
