Página:Martin y Herrera Curso sumario de moral.djvu/109

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nos exime del deber detributárselos. Asi como la ri- queza del acreedor no extingue la obligación del deu- dor, asi también la perfectibilidad de Dios no libra al hombre del deber de tributarle su amor y res- peto.

138. En cuanto á la oración se dice: que desco-

oce lainmutabilidad de Dios y acusa á su provi- dencia de poco atenta á las cosas humanas. Arre- glado todo por Dios con perfecta sabiduria, se agrega, la súplica no solo esinútil, sino irrespetuosa.

La contradicción entre la plegaria y la inmutabili- dad divina es más aparente que real. Si todo está previsto y arreglado per Dios, la oración ha sido también prevista y atendida de antemano.—¿Quién nos dice que no es su voluntad el conceder los bene- ficios á condición de que sean pedidos?

Toda oración no es, por otra parte, una súplica: la más sublime de las oraciones empieza por el some- timiento á la voluntad divina. La plegaria, lejos de perecer, se eleva y transforma despojándose de peti- ciones personales.

La oración es una tendencia de la naturaleza hu- mana; el alma se eleva por la plegaria y se siente purificada por este comercio intimo con Dios.

139. Lafé y la razón.—La religión tiene su lunda- mento en la 1é. Lafé es la convicción intima de una relación inmediata entre el alma y Dios.