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Estas palabras ya nada significan. Que siendo el bienestar por su naturaleza, personal, cada uno es juez único de sus actos, y por tanto, cada uno puede aspirar á todo lo que le agrada. Finalmente, el esta- do de naturaleza y libertad seria, según Hobbes, la lucha de las fuerzas individuales, la anarquia; de aqui que el mejor gobierno sea el más restringido: el «despotismo! Correspondiendo al soberano determi- nar aun las verdades morales y las científicas.
156. Sistema de Stuart Mill. —Reconociendo que la mayor parte de los utilitarios han caido en la falta de medir exclusivamente los verdaderos bienes por las ventajas exteriores que nos procuran y no por su naturaleza intima, ha tratado Stuart Mill de dar un nuevo giro al utilitarismo, creyendo poder encontrar en el placer mismo, razones de elección que nos per- mitan diferenciar y graduar nuestros placeres.
Stuart Mill propone que se aprecien los placeres no solo en su cantidad, sino también en su cualidad. No es necesario evaluar el bien por la cantidad de los placeres, más que por su valor intrínseco, y á esta tendencia del utilitarismo atribuye el poco aprecio que ha merecido entre las almas nobles y delicadas.
Culpa á los filósofos y no al principio, pues nada nos obliga á medir el valor del placer de un modo tan vulgar. Proyecta pues la reforma de introducir el principio de cualidad en la evaluacion de los pla-
