CÁRCEL DE MUJERES
—“¡ No quiero!”.
—“ Veni, te digo!”
—“¡No quiero!”
Y así un rato. Después, me dice:
—“¿Qué te pasa?”
—“¡Nada!”
Entonces me dá dos trompadas en la cara.
—*¡ Veni, te digo!”
Y no voy.
—“¡Cómo si el viento hubiera pasado! ¡No me due- le nada!”
Entonces, se me acerca y me dice:
—“¡ Vení, no seas mala. ¿No me querés nada?”
Entonces se me caen las lágrimas y voy a comer...
—““¿ Y cuánto hacés, Laura?”
—“¿Qué cuánto hago? A la tarde de 30 a 40 pesos; de noche de 70 a 85 pesos, sin contar la pieza. Si a la tarde me va mal, lo gano por la noche”.
—“¿ Y no tenés cuñada ?”
—“'Sí, la sonsa de la Lina. Lo único que me revienta es que mientras yo esté aquí mi marido vá a andar con ella. Yo le tengo lástima. No sabe trabajar; es ti- mida, tiene miedo. Yo soy muy descarada. Ando por Carlos Pellegrini, entre Lavalle y Corrientes. Si; la Lina es tonta... Si alguna vez ganó algunos pesos, fué sola- mente porque yo se los hice conseguir. Una vez ganó 15 pesos, porque yo estaba con unos amigos; la presen- tó y se la llevaron. Cada uno le dió cinco pesos.
—““Otra vez ganó 10 pesos con un tipo que se calentó con mis piernas. Pasó tres veces con el auto. Quería
25 =