CÁRCEL DE MUJERES
—“¡Gana lo que qiere! Antes anduvo con todos los artistas de teatro. Pero, si anda sola y no tiene quién la sujete, se abandona. Ahora con el marido que tiene, trabaja bien. ¡Se gana los sábados hasta go pesos! Es una descarada!...”
—““¿Ché, vos sabés porque la encanaron a la Olga Fernández?”
—“¡Cué sé yo! Le pegó a un auxiliar de policía unas trompadas”.
—"“Esa de seguro la pasan a la Correccional.”
—“Allá hay una monja de mala!... Te tiene de lí- nea, ché.”
—“A la Laura y a mí nos conocen todas, porque nos hemos criado en el Buen Pastor... Nuestro padre que era vigilante, murió. ¡Vieras, qué rico tipo! En la parada que tenía cuidaba a todos los gatos de la ve- cindad.
—“¿ Y es cierto que el marido de la Laura es lindo?”
—“Es un cafishio bravo. Ha sido también de la Po- licía. Hace unos años mató a uno de siete puñaladas. Está bien relacionao con la policía. ¡Tiene una pinta!”
—“¡Me encanaron anoche! Esa esquina desgraciada de Cangallo y Libertad, donde cayó también la gorda aquélla”. )
Habla una muchacha, tipo de reíta simpática. Camina
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