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Jun. 1828.
PÉRDIDA DE LA YOLA - LISTA DE ENFERMOS.

aumentó rápidamente a un fuerte temporal; y apenas estuvimos lo bastante libre del canal, nos encontramos con un fuerte mar de fondo. Ansioso de pasar la entrada, no había esperado izar la yola, con la cual habíamos recogido una de nuestras anclas, con la esperanza de encontrar un mar calmo cuando saliéramos, pero el mar con el que nos encontramos hizo poco seguro remolcarla, y mientras tratábamos de izarla, fue desfondada tan gravemente por los golpes que recibió por el violento movimiento de la nave, que nos vimos obligados a dejarla a la deriva. Esta fue una gran pérdida. Porque era una embarcación hermosa, de veintiocho pies de eslora – a remos y a la vela navegaba bien, era espaciosa, liviana y boyante; su pérdida sería superada solamente por la de la nave.

“Intentamos apartarnos de las islas Guayaneco, izando todo el velamen, pero poco después de la medianoche tuvimos que aferrar la vela mayor. Antes del amanecer el viento cambió de repente al O b N, sorprendiéndonos con un violento chubasco, con intensos rayos y fuerte lluvia. Nuestro admirable pequeño barco cayó a sotavento sin sufrir ningún daño; pero por un momento su situación fue crítica. Con la luz del día, la tierra del cabo Tres Montes estaba al O ½ N (magnético), y a una distancia de cuatro leguas. La violencia del temporal que recién habíamos tenido nos impidió salir del golfo, y, por el estado al que estábamos reducido por la pérdida de la yola, con ambas lanchas en malas condiciones, y nuestro cúter muy desfondado lo que lo hacía inservible, consideré que no era justificable intentar continuar con un solitario buque en una desconocida y tormentosa costa, sin una sola embarcación en buen estado; por lo que resolví dirigirme a puerto Otway, para poner los botes en estado operativo. Tuvimos vientos arremolinados todo el día, pero en la tarde logramos llegar al puerto, y fondeamos cerca de nuestro antiguo fondeadero. El 13 y 14, tuvimos un permanente y difícil temporal, con el habitual acompañamiento de la fuerte lluvia. Los carpinteros estuvieron, sin embargo, constantemente trabajando para dejar operativo el cúter. El 15, el estado de la lista de enfermos me hizo solicitarle al médico, su opinión sobre la ' necesidad de la suspensión temporal de las operaciones de levantamiento.' La respuesta del Sr. Bynoe establecía ' que a consecuencia de la gran exposición a una serie de largas y continuas