Página:Narrative of the surveying voyages of His Majesty's Ships Adventure and Beagle between the years 1826 and 1836.djvu/508

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
CAPÍTULO XXIII.

Partimos en los botes - Encontramos guanacos - Angostura Murray - Hongos de abedul - Marea - Canal - Glaciares - Vista - Montañas - Cadena no interrumpida - Canalizos - Buques a vapor - Jemmy Button - Puma - Nido - Accidente - Nativos - Diario de Murray - Cabo Graham - Cabo Kinnaird - Puerto Español - Bahía Valentín - Cabo Buen Suceso - Nativos - Isla Lennox - Estrecho de Le Maire - Bahía Buen Suceso - Accidente - Corrientes de marea - San Vicente - San Diego - Mareas - Sondajes - Costa noreste - San Sebastián - Reflexiones - Puerto Deseado - Montevideo - Santa Catalina - Río de Janeiro.

"4.- El Sr. Stokes y yo cada uno comenzamos otro viaje en los botes, llevando cronómetros y los instrumentos necesarios. Él se dirigió hacia el norte, para llegar hasta al continente; yo me dirigí hacia el suroeste, para tomar el rumbo más directo hacia la comunicación entre la bahía Nassau y el paso o canal recién descubierto. Me sorprendió encontrar que la costa este de bahía Nassau se parece mucho a la costa de la patagonia (son capas de tierra sin roca), y que difieren completamente del carácter general de las costas e islas de Tierra del Fuego. Al atardecer, desembarcamos, y varamos nuestro bote en una playa de guijarros que se extendía varias millas, y al caminar unas pocas yardas tierra adentro vi las huellas de grandes pezuñas partidas, casi del tamaño de una vaca. Este descubrimiento dio respuesta a la pregunta sobre las pieles de guanaco y huesos encontrados entre los fueguinos, pero me hizo menos optimista de encontrar un paso hacia el norte hacia el interior del país. Encontramos mucha leña cerca de este lugar; y abundante pasto cubría una extensa llanura.

"5.- Desvaramos el bote y continuamos nuestro viaje a lo largo de la costa, encontrando bastantes bancos (tres a seis brazas por casi media milla), con una gruesa capa de sargazos, a través de los cuales era difícil forzar el bote. No habíamos avanzado mucho, cuando, rodeando una punta de tierra baja, vimos