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Dic.1826. RÍO GALLEGOS 9

bien adheridos a ellas debajo de su piel, no podían ser sacado sin tener que cortar un pedazo de carne para ello. También capturamos una especie no descrita de Muroena.

Mientras estábamos en tierra, el “Beagle” se acercó a unas ocho o nueve millas del cabo, donde el comandante Stokes desembarcó para establecer la posición de esa tierra tan notable. Un cerro puntiagudo, debido a la circunstancia de haber visto un animal grande cerca de él, lo llamó Monte del Tigre. El señor Bowen le disparó a un guanaco; y como estaba lejos de la orilla, sin poder obtener ayuda, él los descueró y cuarteó con su cortaplumas, y lo llevó sobre sus hombros hasta la embarcación.

A la mañana siguiente las naves viraron, y se dirigieron hacia el cabo Vírgenes.

A la cuadra del cabo Buen Tiempo, la apertura de río Gallegos se vió claramente; pero el examen de la misma fue diferida para una futura oportunidad. Dándole delante, el agua disminuyó a cuatro brazas, hasta que pasamos los extensos bancos, que hay frente al río.

Nuestra aproximación a la entrada del Estrecho, aunque la esperábamos con ansiedad, nos causó sensaciones de interés y felicidad que no son fáciles de describir. A pesar de los peligros experimentados por algunos navegantes que lo habían pasado, la comparativa facilidad con que otros la habían efectuado demostró que, a veces, las dificultadas son superadas con facilidad, y nosotros estábamos deseando suponer que en el primer caso podría haber habido un poco de exageración.

El más completo, y probablemente, el único buen informe de la navegación del estrecho de Magallanes se encuentra en el relato de don Antonio de Córdova, quien tuvo el mando de la fragata española “Santa María de la Cabeza”, en un viaje con el expreso propopósito de explorar el Estrecho. Fue publicado bajo el título de “Último viaje al estrecho de Magallanes.” Ese viaje, sin embargo, fue concluido con el examen solo de la parte oriental, y se hizo una expedición posterior, bajo el mando del mismo oficial, cuyo informe se adjuntó al del viaje de “Cabeza”; de modo que la expedición de Córdova aún conserva la denominación de “Último Viaje etc.”