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hombros nuestros pecados: quiero decir, los de aquellos que descaradamente y a rienda suelta ofenden a Dios como yo hago: El se acuerde de mí por quien El es. Por la causa que he dicho pues, tu amo, Hazán bajá, ha estado en esta campaña cuatro días, y si el de Nicosia no ha salido cumo debía, ha sido por haber estado muy malo; pero ya está mejor y saldrá hoy o mañana, sin duda alguna, y se ha de alojar en unas tiendas que están detrás deste recuesto que tú no has visto, y tu amo entrará luego en la ciudad: y esto es lo que hay que saber de lo que me preguntaste.

—Escucha, pues—dijo Ricardo—; mas no sé si podré cumplir lo que antes dije, que en breves razones te contaría mi desventura, por ser ella tan larga y desmedida, que no se puede medir con razón alguna; con todo eso haré lo que pudiere y lo que el tiempo diere lugar: y así te pregunto primero si conoces en nuestro lugar de Trápana una doncella a quien la fama daba nombre oe la más hermosa mujer que había en toda Sicilia: una doncella, digo, por quien decían todas las curiosas lenguas y afirmaban los más raros entendimientos que era la de más perfecta hermosura que tuvo la edad pasada, tiene la presente y espera tener la que está por venir: una por quien los poetas cantaban que tenía los cabellos de oro, y que eran sus ojos dos resplandecientes soles, y sus mejillas purpúreas rosas, sus dientes perlas, sus labios rubíes, su garganta alabastro:

y que sus partes con el todo y el todo con sus