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”UN LUGAR AGRADABLE PARA VISITAR"

dable, justo antes de la caída de la noche. Algunos de los ocupantes blancos conducen de ida y vuelta en carruajes, mientras que otros desmontan y se sientan en las banquetas, pasan su tiempo platicando con sus amigos, hombres y mujeres, saludando a todo conocido que pasa.

Los hombres jóvenes montan alrededor sobre caballos alegremente decorados, y las señoritas frecuentemente exhiben su amor por extrañas aventuras, mediante la contratación de uno de las torpes carretas de bueyes del país y una docena de ellas juntas, se suben paseando de ida y vuelta del paseo, cantando canciones ligeras y tocando la guitarra, los galanes andan cerca de ellas a caballo y mantienen una corriente de intercambios y agradable conversación, o doblándose sobre sus sillas para susurrar historias que todos han oído y dicho, en oídos dispuestos como la ocasión ofrezca. Esta es una de las más curiosas costumbres del país.

Dejando mi asiento en el carro en que visitamos el paseo, para tomar uno al lado de una joven mujer blanca paisana mía, para regresar a la ciudad, noté un Revólver Colt cargado acostado en el colchón a su lado. "¡Oh! eso no es nada; siempre traigo uno aquí cuando vengo, ya que es un lugar notorio de ladrones, quienes a veces saltan del campo de caña, y roban un carro antes de que pueda llegar asistencia," dijo calmadamente en respuesta a mi mirada de consulta. "¡Un lugar agradable para visitar y disfrutar! Creo que te escuché decir. Bueno, puede ser todo eso, pero cuando no se tiene adonde más ir, qué se puede hacer; ¡Una debe tener cierta recreación, sabes!" Dije "Por favor ignorame," y cabalgamos a casa.

A pesar del sacrificio de bandoleros por las tropas del estado actuando bajo autoridad de los tribunales civiles, el negocio de secuestrar ciudadanos y llevárselos a las montañas para pedir res-