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"Para detener esa visión del mundo que uno ha tenido desde la cuna, no es suficiente el que uno simplemente tenga el deseo, o se haga la resolución...

—Borrar la historia personal y soñar deberían ser sólo una ayuda —Dijo—. Lo que un aprendiz necesita para apuntalarse es la sobriedad y la fuerza. Por eso el maestro habla del camino del guerrero, o vivir como un guerrero. Ésa es la goma que pega todas las partes en el mundo de un brujo. El maestro debe forjarla y desarrollarla poco a poco. Sin la solidez y la serenidad del camino del guerrero no hay posibilidad de resistir la senda del conocimiento...

El maestro debe enseñar al aprendiz otra responsabilidad, todavía más sutil: la posibilidad de actuar sin creer, sin esperar recompensa, de actuar sólo por actuar...” C.C.

Para el mexicano occidentalizado aceptar, ya no la validez del camino del conocimiento, que plantea Don Juan, sino la existencia de algún valor en las culturas indígenas, resulta un desafío temerario. Los "mexicanos" durante los últimos 500 años hemos aprendido, primero por los extranjeros y después por los "criollos", a menospreciar y negar nuestras raíces y nuestra cultura. Para los "mexicanos" los indígenas representan el último lugar en la escala social. Los indígenas siempre han sido un estorbo para el "progreso y una mancha en la modernidad" de los extranjeros y los criollos.

El único patrimonio cultural que reconocen los "criollos" y los "mexicanos" es el valor "ESTÉTICO" de los vestigios materiales que dejaron remotas culturas indígenas del pasado. Aun así, el valor espiritual y la posesión de una forma de conocimiento que no se basa en la razón ha vivido subterráneamente, no sólo en grupos de hombres y mujeres de conocimiento, sino en el subconsciente colectivo de los pueblos que conforman nuestras culturas étnicas y populares. La obra de Castaneda ha tenido mayor eco en otros países que, libres de estos prejuicios, han tomado las enseñanzas de Don Juan con mayor respeto e interés.

La antropología es la que más ha negado cualquier valor en la obra de Castaneda, fundamentalmente porque es una ciencia del colonizador que trata de conocer y explicar a "los otros" desde un punto de vista implícito de superioridad. La obra de Castaneda no es antropológica ni literaria, pero nos revela otra forma de conocimiento que desarrollaron los ancestrales pueblos del Anáhuac.

Hay personas que piensan que todo esto es charlatanería o que es producto de la mente de un talentoso y creativo escritor, o la asumen como una cuestión mesiánica o una justificación para entrar en contacto con los alucinógenos. Nosotros creemos que es la supervivencia de un conocimiento milenario, que fue parte de la estructura del conocimiento del México antiguo y que se ha mantenido en forma secreta a través de la cultura oral, desde luego, con muchos cambios que tuvieron que hacerse para poder superar estos últimos 500 años de persecución.

La obra de Castaneda es un acto de "brujería tolteca" (sabiduría tolteca). Don Juan, por designios del poder, utiliza a Castaneda para dar a la luz de la razón, el conocimiento de nuestros antepasados, donde la "brujería" convierte la tradición oral en cultura escrita: la "brujería" que se pone frente a la razón a través de libros. Por consecuencia, los hombres verdaderamente "razonables" ven con mayor seriedad y respeto esta obra.

Don Juan dice que un maestro del conocimiento tolteca nunca anda buscando aprendices y nadie puede solicitar las enseñanzas, ya que son pocos los que están dispuestos a tomar este conocimiento con seriedad; y de los pocos que lo toman con seriedad, menos aún están dispuestos a esforzarse y disciplinarse; y de ellos, muchos menos logran ahorrar suficiente energía para sacar provecho de sus actos.

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