de libros, supe captarme las simpatías y estimacion de mis superiores.
Incansable en el trabajo, ocupaba los ratos en que este se me dispensaba, en cultivar el amistoso trato de aquella cariñosa familia; y pronto hubiera logrado hacer una desahogada posicion, á no haberla adelantado un suceso lamentable, que me hizo poseedor de una cuantiosa fortuna.
Despierto, medio asfixiado y envuelto en una nube de humo, una noche que jamás olvidaré.
Sobrecojido de espanto y oyendo los agudos gritos de la familia, salgo en busca de salvacion y solo encuentro llama, que por todas partes me cercaba.
¡Qué horror!
Gritos de auxilio, partían de un largo corredor; y diríjome ya medio asfixiado hácia la habitacion de una anciana madre de mi gefe. Todo eran llamas, denso humo, me hacía retroceder, y apocaba mi pecho. Consigo penetrar y arrancar de la muerte ya cercana, á la virtuosa anciana, ya medio asfixiada.
Atravieso entre llamas el corto trecho que me separaba de la puerta, y salgo entre brasas, con el cuerpo inanimado de la anciana; entre las la-