Pero ved, a través de la bulla de los actores como una forma rampante hace su entrada! Una cosa roja, color sanguinolento viene retorciéndose de la parte solitaria de la escena. ¡Cómo se retuerce! Con mortales angustias los actores constituyen su presa, y los ángeles sollozan viendo esas mandibulas de gusano teñirse en sangre humana.
Todas las luces se apagan, todas, todas. Sobre cada forma todavía tiritante, el telón, como un paño mortuorio, desciende con un ruído de tempestad. Y los ángeles, todos pálidos y macilentos se levantan y cubriéndose afirman que ese drama es una tragedia que se llama «El Hombre» de la cual el héroe es el Gusano Vencedor...!
A ELENA
Elena, tu belleza es para mí como esas barcas niceanas de otro tiempo que sobre una mar profunda llevaban dulcemente al viajero, cansado, hacia su ribera natal.