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de Figueroa

XV.

Ingrato sol, que grave y enojoso
Extiendes sobre mi tus rayos claros,
Y quanto ménos son de luz avaros,
Tanto te hacen mas triste y nubloso:
Yo ví en tu claridad manso reposo
Otro tiempo mejor; ¡mas ay quan raros
Fuéron mis dulces pasos, y quan carosa
Compré los puntos de mi ser gozoso!
En esta noche tenebrosa obscura,
Donde presto envidiosa de mi gloria
Fortuna me arrojó, puedes dexarme.
Da luz, á quien la da, leda ventura,
Que á mi no puedes ya sino causarme
Del antiguo dolor fresca memoria.

XVI.

En esta tierra estéril y desierta,
Y entre estas rocas ásperas y heladas,
Alegres plantas tuvo amor sembradas,
Y larga senda á mi decoro abierta.
Agora yace mi esperanza muerta,
Y mi deseo las alas abrasadas
Cayó por tierra, y fuéron acabadas
Las horas breves de mi gloria incierta,
¡Ay quanto en vano se desea y espera!
¡Ay de quan cerca el bien huye y se esconde!
¡Ay que amargo manjar es su memoria!
¡Ay como es la alegría breve y ligera!
¡Como el fruto á la flor tarde responde!
¡Ay como vende amor cara su gloria!