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de Figueroa

XIX.

Un dia la bella enamorada Diosa,
Madre del niño poderoso y fiero,
Por cuya mano fuí llagado y muero
De llaga dulce y muerte gloriosa,
Iba texiendo de una y otra rosa,
Mostrando el sol su resplandor primero,
Para dar á su sol mas verdadero
Guirnalda de mil flores olorosa:
Quando yendo á coger una viola,
Una espina detras de ella escondida
Hirió á traicion su mano delicada:
Sintió dolor la Diosa, y desechóla;
Mas por la sangre encima desparcida
La viola, ántes blanca, es colorada.

XX.

Iba encendida en amoroso zelo
De su solo deseo acompañada
Por un monte de Caria apresurada no
La blanca hermana del Señor de Delo:
Triste de ver que Apolo habia del cielo
Caminado la mas larga jornada,
Y tenia ya la hacha aparejada,
Con que aparta del mundo el negro velo.
Decia contra él: Febo envidioso,
Robador de mi gloria y de mi parte,
Cubre tu luz hasta que vea la mia.
Con estas voces llega á despertarte
Del dulce sueño, ó Endimion hermoso,
Mas vióla ántes el sol, y aclaró el dia.