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Página:Prosa por José Rizal (JRNCC, 1961).pdf/20

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Se ve volar un Céfiro, que inmediatamente se posa en la rama de un árbol, para aguardar también la decisión del Destino.

Al fin, ambos platillos se detienen a una misma altura, y allí permanecen fijos.)

Júpiter.—(Con voz solemne.) Dioses y diosas: la Justicia los cree iguales: doblad, pues, la frente, y demos a Homero la trompa, a Virgilio la lira y a Cervantes el lauro; mientras que la Fama publicará por el mundo la sentencia del Destino, y el cantor Apolo entonará un himno al nuevo astro, que desde hoy brillará en el cielo de la gloria y ocupará un asiento en el templo de la inmortalidad.

Apolo.—(Pulsa la lira, a cuyo sonido se ilumina el Olimpo, y entona el himno de gloria que resuena majestuoso en todo el coliseo.) ¡Salve, oh, tú, el más grande de los hombres, hijo predilecto de las Musas, foco de intensa luz que alumbrará a los mundos; salve! Loor a tu nombre, hermosa lumbrera, en cuyo derredor girarán en lo futuro mil inteligencias, admiradoras de tu gloria. ¡Salve, grandiosa obra de la mano del Potente, orgullo de las Españas; flor la más hermosa que ciñe mis sienes, yo te saludo! ¡Tú eclipsarás las glorias de la Antigüedad; tu nombre, escrito en letras de oro en el templo de la Inmortalidad, será la desesperación de los demás ingenios! ¡Gigante poderoso, serás invencible! Colocado como soberbio monumento en medio de tu siglo, todas las miradas se encontrarán en tí. Tu brazo poderoso vencerá a tus enemigos, cual voraz incendio consume la seca pajilla. ¡Id, inspiradas Musas, y cogiendo del oloroso mirto, laurel bello y rosas purpurinas, tejed en honor de Cervantes inmortales coronas! Pan, y vosotros, Silenos, Faunos y alegres Sátiros, danzad en la alfombra de los umbrosos bosques, en tanto que las Nereidas, las Náyades, las bulliciosas Ondinas y juguetonas Ninfas, esparciendo mil aromosas flores, embellecerán con sus cantos la soledad de los mares, las lagunas, las cascadas y los ríos, y agitarán la clara superficie de las fuentes en sus variados juegos.


Manila, 13 de Abril de 1880.