dos con algunos augustanos, é interrumpiendo el juego, dijo: —Sí, era necesario aplazar el viaje. Egipto y la predicha dominación sobre el Oriente no pueden escapárseme; y así, tampoco hemos de perder la Acaya. Daré orden de cortar el Istmo de Corinto; y levantaré en el Egipto monumentos tales, que las pirámides á su lado han de parecer juguetes para niños; haré construir una esfinge siete veces mayor que la que mira al desierto fuera de Menfis, pero he de dar orden de que le pongan mi cabeza. Y las edades futuras no hablarán de otra cosa que de ese monumento y de mí.
—Con tus versos ya te has levantado á tí mismo un monumento no solamente siete veces, sino veintiuna veces mayor que la pirámide de Queops,—dijo Petronio.
—¿Y con mi canto?—preguntó Nerón.
—Ahl Si tan sólo fuera dado á los hombres erigirte una estatua, como la de Memnón, de la cual emergiera tu voz á la salida del soll Por todos los siglos venideros los mares que rodean el Egipto veríanse cubiertos de un enjambre de barcos, en los cuales multitudes inmensas, procedentes de las tres partes del mundo, vendrían á escuchar extasiadas tu canto!
—¡Ah! y quién podría hacer eso?—dijo Nerón.
—Pero, en cambio puedes hacer tallar de basalto un monumento en que tú figures dirigiendo una cuádriga.
—Cierto! He de hacerlo!
—Y así dispensarás un nuevo don á la humanidad.
—En Egipto me desposaré con la Luna, que hoy está viuda, y seré entonces un verdadero dios.
—Y nos darás estrellas por esposas; y haremos una nueva constelación que se llamará la constelación de Nerón.
Pero has de casar también á Vitelio con el Nilo, á fin de que pueda engendrar hipopótamos. Y á Tigelino dale el desierto: en él será rey de los adives. (1) (1. Cuadrúpedo muy parecido al perro, que vive oculto de día, y, reunido con otros, caza por la noche animales pequeños, de que se alimenta principalmente. Es natural de las regiones más cálidas de Asia y Africa.
