Página:R.E.-Tomo X-Nro.38-Id.02.djvu/6

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Española, y deseoso de más importantes empresas, pidió al Rey Católico la gobernacion y conquista de Veragua, que le fué otorgada. Armó en el puerto de la Venta de Santo Domingo, año de 1508, siete carabelas y dos bergantines, y embarcando en ellos setecientos ochenta españoles, hizo rumbo para Cartagena. Al llegar allí, halló destrozado y miserable á su amigo Ojeda, apenado con la muerte de Juan de la Colsa y otros muchos de sus compañeros; ayudóle á castigar á sus enemigos, y en seguida prosiguió su viaje; pero habiéndose apartado la carabela que montaba de las restantes de la flota, pasó de largo á Veragua, y fué á dar en Zorobaro. Miéntras tanto, el resto de la expedicion llegó felizmente á su destino, y los capitanes, viendo la ausencia de Nicuera, nombraron por su jefe y gobernador á Lope de Olano, quien, después de arreglar la colonia, mandó un buque en su busca. Halláronle al poco tiempo, y regresaron con él á la colonia, donde, en vez de agradecer á Olano su buen comportamiento, púsolo preso, y determinó partirse de allí, por más que le pidieron sus compañeros que esperase hasta coger la cosecha que habian sembrado. Pasó á Portobelo, donde, en una entrada que hizo, perdió veinte hombres que le mataron los Indios con flechas emponzoñadas; y, siguiendo al cabo del Mármol, fundó un pueblo que llamó Nombre de Dios; pero las continuas escaramuzas que sostuvo con los naturales, redujeron su pequeña tropa al corto número de cien hombres, después de haber descubierto, ántes que nadie, las sesenta leguas de tierra que hay desde Nombre de Dios á los Farallones ó roquendos del Darien.

En tan críticas circunstancias llegó Rodrigo Enriquez de Colmenares con una carabela á brindarle, de parte de los soldados de Ojeda, que se hallaban divididos en bandos en Uraba, con la gobernacion de aquella tierra. Aceptó con agradecimiento, y fuese con él llevando sesenta hombres que le quedaban en un bergantín que tenia; pero olvidado en el camino de sus desventuras pasadas, tuvo el poco tino de hablar mal de los que le llamaban por Capitan general, diciendo que habia de castigar á los unos, y quitar los oficios á otros, que no los podian tener sin voluntad de Ojeda ó suya, únicos que tenian por el rey títulos de Gobernadores. Oyéronlo algunos de los compañeros de Colmenares, y dijéronlo en Uraba, con lo cual Vasco Nuñez de Balboa y Martin Fernandez de Enciso, principales Cabos de aquella gente, no sólo mudaron de