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REVISTA MÉDICA DE CHILE.

do de este modo dos o tres volúmenes, que pudieran adoptarse al desarrollo intelectual de las diversas clases de educandos; se impregnarian, no solo en su memoria, sino tambien en su alma, en su corazon, aquellas verdades eternas, aquellas nociones indispensables, que deben necesariamente existir en las intelijencias juveniles. En Alemania, esta clase de testo forman, para el pobre i durante toda la vida, la base el núcleo, de pequeñas bibliotecas, que son leidas i consultadas con provecho en época mui posteriores a la enseñanza escolar.

La coleccion razonada, la buena redaccion de testos graduales de lectura, es una obra sin duda mas dificil, que escribir lo que suele llamarse un testo; pero ¿no contamos acaso con muchos i decididos profesores, de clara intelijencia, que preferirian hacer el oscuro trabajo de una obra necesaria i de vital trascendencia, ante que gastar sus fuerzas intelectuales en los resplandores momentáneos de la insulsa fraseolojía moderna?

Para las escuelas superiores, liceos, i demas establecimientos de elevada categoría, se dejaria al profesor del ramo la eleccion entre los testos del señor Miquel, de Tessereau, o de los otros que en adelante se presentasen. Pero ademas de estos establecimientos i de la Escuela de medicina, hai todavía tres clases de establecimientos que parecen los llamados a difundir la salvadora semilla de la hijiéne en todo el pais: los seminarios, que forman nuestro clero; las escuelas normales, que educan a los preceptores, esos sacerdotes abnegados de la enseñanza, segun la feliz espresion del señor Murillo; i finalmente, aunque en escala algo inferior, el nuevo establecimiento de maternidad. En estos entablecimientos podria procurarse una buena enseñanza de la hijiene, no tanto por medio de un testo aprendido de memoria, sino por lecciones orales de un profesor fitántropo e instruido; i ella será fructífera i provechosa para el pais entero.

Sobre el programa especial de los ejercicios jimnásticos, nada tenemos que agregar: reconocemos con el señor Murillo que lo que conviene, es principiar por algo; el tiempo se encargará de hacernos conocer las variaciones i mejoras que convenga introducir.

Al terminar el informe que la Facultad ha tenido a bien pedirnos, no podemos ménos de felicitar al señor Murillo por su trabajo en él cual, los mejores pensamientos, las massanas ideas, están espresados con hermosura i elegancia; i nos hacemos un deber de declarar, que honran igualmente al ciudadano, al filántropo i al médico.—Dr. German SchneiderRafael Wormand.

Santiago, mayo 13 de 1872.