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REVISTA MÉDICA DE CHILE.

tenecemos a la escuela experimental; basta de poner la fantasía en lugar de los hechos, basta de falsa caridad, de ostentacion vanidosa con que se engaña al público i se pone obstáculo a la realizacion de las buenas ideas. Es preciso que el público sepa la verdad i la sabrá; es preciso que no sea engañado i nosotros estamos aquí para defenderlo contra el error; es preciso que vea por si mismo i estamos decididos a poner el dedo en la llaga para hacerle sentir la verdad.

Como estamos resueltos a cuanto sea necesario para hacer el bien, recibiremos con gusto indicaciones i hechos de crónica de todo el mundo i les estaremos sumamente agradecidos por este servicio.

Tales son nuestros propósitos i empezamos cumpliendo con nuestra palabra.

Hace veinte años que venimos sufriendo una epidemia anual de viruela pero la epidemia actual no ha llamado mas la atencion del público que las diezinueve anteriores. Por temor de alarmarlo se han estado ocultando al principio los estragos de la epidemia, sin que se tomara ninguna medida que pusiera coto a la propagacion del mal; de ahí esa indiferencia incomprensible en que vivia la poblacion. Ignorando el número de infelices que llenaban las salas de los hospitales, sin saber la mortalidad relativa de la epidemia, el público sonreia desde sus bien suspendidos carruajes sin sospechar siquiera que respiraba partículas de granos de viruela en el aire de sus calles i de sus paseos. Nosotros no tenemos miedo de alarmar, conocemos el sistema nervioso de nuestro público i sabemos que su espanto no llegará hasta producirle una enfermedad.

He aquí lo que deciamos en el mes de junio: La epidemia de viruela no disminuye, sino que al contrario, parece aumentar considerablemente, sin que tampo-