Página:Salvador Esquema sexual.djvu/222

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

222 HUMBERTO SALVADOR

culpados serán condenados, además, a una multa de ciento a cuatrocientos Sucres,

“Art. 374.—El que recibiere mujeres en su casa para que allí abusen de su cuerpo, será castigado con prision de tres a cinco años, sino fuere director de una casa «ie tolerancia, es- tabiecida conicrme a los regiamentos que la Policía expidiere para esta c:ase de casas.

“Art. 375.—Los que se ocuparen habitualmente en la ru- fianer.a, salvo el caso de la excepción anterior, »erda casti- gados con dos a cinco años de prisión, y puestos bajo la vigi- lancia especial de la Autoridad, por dos años a Jo menos y cinco años a lo más.

“Se entenderá habitual esta ocupación siempre que resulte probado por dos o más actos cometidos en distintas ocasio- nes y perscnas.

“Si el atentado ha sido cometido por el padre o la madre de las personas que se prostituyen, el culpado será, además, privado de los derechos y prerrogativas otorgadas por el Códi- go Civil sobre las perscnas y los bienes del hijo”.

Toda esta serie de artículos es incolora, indecisa, como si los que la escribieron no hubieran estado seguros de qué era lo que querian ca:tigar. Pueden aplicarse estos articulos a los actos más diverses, aún más, a los ingenuos, hasta el «xtremo de que fuera ridicula su aplicación. Por eso ne se los toma en' cuenta nunca.

Pero el articulo 374 aborda de paso el interesante problema de la Prostitución. Nuestro Código, a pesar de ser tan primi- tivo, acepta que existan casas de prostitución controladas por la Policia, es decir, legaliza la degeneración de la mujer, en tales cascs.

El hecho es contradictorio en apariencia. Jxtraño es que un Código que concibe al sexo como pecado, admita la pros- titución. Pero, analizando serenamente el fenómeno, es per- fectamente lógico.

La moral burguesa es así. Siempre hipócrita, inhumana, egoísta. Nunca tiene un aspecto científico, genercso. El hom- bre del pasado, admite la prostitución, la consagrada con un lugar común: “Es un mal necesario, —dice—-. La prosti- tuta es la encargada de velar por el honor de hijas, novias y hermanas”. Si la prostituta no existiera, la “honorabilidad burguesa se derrumbaría rápidamente.