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SESION DE 4 FEBRERO DE 1824

dria el Congreso para no admitirla siquiera a discusión. Parece que los principios jenerales que gobiernan al mundo civilizado, no pueden rejir en Chile.

Para penetrarse de su necesidad, basta observar que el pueblo para suplirla se ha creado una convencional que llama mitades, i la que a mas de todos los inconvenientes que procuran evitar las leyes, tiene otros muchos contra la conveniencia particular, como el de tener curso en determinados mercados, comprar con ella ciertas especies solamente i no tener mas garantías para el comprador, que la simple palabra del vendedor.

Equivocados principios de economía dictaron sin duda la alteración del valor del peso fuerte aumentándolo en un cuarto de real. Este indebido aumento es perdido siempre por la falta de moneda menor para el cambio, i solo es considerado en él peso i de ningún modo en el medio peso, etc.

Ofendería la ilustración del Senado si me detuviese en demostrar la utilidad i aun necesidad de sellar cobre, como también en rebatir las frivolas razones que se han alegado por los opositores del proyecto, en el espediente que formó el Congreso. Lo que hará mas fuerza en el ánimo de muchos es el informe del Superintendente de la Moneda, por la consumada esperiencia i profundos conocimientos de este caballero. Sin embargo, lo mas sustancial que aduce es contra de la dificultad de afinar el cobre i de proveerse de cilindros. Estos se están construyendo para la misma Casa, i aquéllo daría mui triste idea del estado de la metalurjia en Chile, si no se pudiese hacer la primera i mas sencilla operacion de un minero.

Cuanto dice dicho Superintendente sobre el peso, grueso i grabado de la moneda proyectada, será mui fundado i podrá alterar los términos del proyecto, pero de ningún modo la sustancia.

El valor que se trata de dar a la moneda no es su intrinseco estriclamente, sino aquél que con el peso, braceaje i demás gastos se aproximaría tanto que haría imposible la falsificación, la que nunca se hace por nimias ganancias.

A todas las demás objeciones responde la esperiencia de toda la Europa i de muchas partes de la América en que está en uso la moneda de cobre, a no ser que los economistas de Chile hayan encontrado inconvenientes, que no han alcanzado a conocerse en el resto del mundo.

Dícese jeneralmente que el proyecto no merece la pena de ejecutarse por el poco producto que promete al Fisco. Concederé que sea pequeño, pero concédaseme también que es de grande utilidad al público. ¿Solo ha de emprenderse lo que sea sumamente ventajoso al Erario? Siempre ha de contarse por nada el interes de los ciudadanos. Pero yo creo que produciría bastante utilidad. Las provincias trasandinas carecen de casas de moneda i tienen que valerse de medios ruinosísimos como en Mendoza, Tucuman, etc., o de ocurrir al estranjero como Buenos Aires. ¿Por qué no podria nuestra Casa sellarles su moneda provincial? I esta operacion ¿no costearía en un par de años, los gastos de la sala que se habilitase?


Proyecto de lei

Proyecto Artículo primero. Se sellará una moneda de cobre.

Art. 2.º Será su valor un octavo de real i su peso una onza.

Art. 3.º El cuño será por el anverso un cóndor con un manojo de espigas de trigo en las garras. Encima el mote de República de Chile i abajo el año de la amonedación. El reverso una corona cívica con el número en el centro, i el cordoncillo cortado en líneas paralelas.

Art. 4.º Queda abolido el sello de cuartillos de plata.

Art. 5.º Por ahora se sellarán solo 50,000 pesos, i si despues se viere no ser bastante, se dictará otra lei para aumentar esta cantidad o para sellar monedas dobles o de dos octavos.

Art. 6.º Ningún pago podrá hacerse en solo monedas de cobre, i nunca mezclarse en mas cantidad que en razón de 4 por ciento.

Art. 7.º El Gobierno dispondrá por su Ministerio de Hacienda lo necesario para su amonedación i circulación.<section end="Proyecto de ley de Casa de Moneda">

Deuda Nacional

La fuente inagotable de riquezas para todos los Estados es el crédito de sus Gobiernos. El solo hace en la Europa emprender vastas conquistas o dispendiosas guerras. Por él se defienden Estados pobres de poderosos invasores. Debemos, pues, pasar por cualquier sacrificio para conservar el que tenemos i para restituir el que hemos perdido. Chile ha tenido en el esterior suficiente crédito para conseguir un empréstito de cinco millones, i tal vez no lo tendría en el interior para levantar uno de cincuenta mil pesos. ¿En qué consiste esta estraña diferencia? En la conducta de las pasadas administraciones, la que léjos de imitar la actual, debe empeñarse en borrarla hasta de la memoria, enmendando sus funestos efectos.

Nuestra deuda nacional se divide en esterior e interior; la primera asciende a cinco millones i será amortizada en treinta años, pagando cada uno trescientos cincuenta i cinco mil pesos i el último algo mas. El Soberano Congreso se ocupó de ella, i para su pago ha sancionado la creación de una caja de descuentos i ha invitado al remate del estanco de tabacos, licores, etc.

Si estas medidas dan los resultados que se han prometido sus autores, sacarán a la República del abismo en que se le habia precipitado sin mayor necesidad i sin conocido provecho.