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SESION DE 18 DE MAYO DE 1827

to, para descender a sus artículos; que si se tiene otra no habrá sino las repeticiones que hemos oido en el primer discurso, i que el resultado no puede ser otro que una repetida admision.

En conclusion, la indicacion no tiene otro objeto que el aprovechamiento de tiempo, puesto que se han tenido las discusiones de estilo.

El señor Benavente. —Por una fatalidad de las que siempre han sitiado a este Congreso, las cuestiones de órden dilatan mas. Yo soi de la misma opinion que el señor preopinante; por reglamento deben tenerse dos clases de discusiones: jeneral i particular; las jenerales para ver la conveniencia o inconveniencia del proyecto, i si se rechaza o no, i esta discusion es la que ha habido en realidad, i de ella ha resultado su admision. Debe, pues, pasarse a la particular de los artículos. Pero ¿qué importa, señor? Discútase nuevamente en jeneral, será un dia o dos mas de Congreso, i para los que sienten su pérdida un dia mas es mucho consuelo.

El señor Infante. —No confundamos, señor; las discusiones anteriores solo fueron sobre si los proyectos presentados deberían admitirse, existiendo una lei que previene que ningún otro negocio se tome en consideracion fuera del proyecto de Constitucion. No obstante esa lei, la Sala declaró su admision; de consiguiente, debe discutirse primero en jeneral, como se practica en todos los demas proyectos que contienen muchas partes o artículos i despues en particular. Si se sostiene la permanencia del Congreso es porque no ha llenado el objeto de su mision, i disolverlo ántes, es dejar a los pueblos sin las únicas garantías de sus derechos, que son las leyes de consiguiente espuestas a ser despotizados. Opino, pues, que debe procederse a la discusion jeneral del proyecto, i despues pasar a la particular.

El señor Benavente. —No me parece tan innegable la proposicion que ha fijado el señor diputado; al contrario, me parece sin razon. Dos discusiones previene el reglamento: una en jeneral i otra en particular. En jeneral se dice su conveniencia o no conveniencia. La discusion no pudo ser arbitraria sino legal; los que sostienen el proyecto decian que era conveniente, porque así se conformaban con las opiniones de los pueblos, i los otros decian lo contrario. Vamos ahora a tener en jeneral discusiones, (que se puede conceder de gracia); ¿qué será lo que se va a alegar? Que los que opinan por el proyecto sacrifican el país, que hacen estos i estos otros males, etc. ¿I no ha sido esto lo que se ha dicho ántes? I los que sostengan el proyecto también repetirán lo que ya tengan dicho. Se va a sostener derechos de los pueblos; cuál sea el que los sostenga, esa es la diferencia, porque yo creo que tambien los sostengo i con la misma seguridad que otros; mas, la fatalidad del Congreso tarda mas las cuestiones de órden que las otras. Lo que debería hacer la Sala era elejir cuál de las mociones era la que se discutía, i este seria el órden.

El señor Presidente. —Las discusiones que se han tenido ayer han sido realmente sobre la presentacion de los proyectos. Pareció que tenian en contra una lei, fué necesario discutir sobre si se admitían a discusion en vista i consideracion de esa lei; i aunque es verdad que algunos señores diputados se internaron a hablar sobre los artículos, yo debí haberlos llamado al órden, porque solo se debia discutir si debian admitirse las dichas indicaciones; estando aquella lei declarada por la Sala, su admision ha entrado ahora a discutirse en jeneral. El modo de discutirse es primero en jeneral i despues en particular; parece que hai alguna superfluidad en esto; pero es preciso hablar sobre la conveniencia o desconveniencia de los proyectos; esto es de reglamento i por eso es que un proyecto resulta admitido en jeneral ántes que discutirse en particular; por ejemplo, lo jeneral rueda sobre si recesa o no el Congreso, i de las discusiones particulares vendrá a resultar, cómo ha de recesar, de suerte que la discusión jeneral siempre es oportuna i ella nos conduce a la discusion particular de un proyecto.

El señor Fernández. —Por la práctica de la Sala he visto han retirado algunos señores las indicaciones que han hecho; yo tengo sentimiento de haber hecho esta i embarazado de consiguiente a la Sala; la retiro, pues, para que se facilite así la espedicion de este negocio.

El señor Presidente. —Parece que, retirando la indicacion, debe seguir la discusion en jeneral.

Se puso en discusion el proyecto en jeneral.

El señor Meneses (don J. F.) —¿Cuál de los proyectos está en discusion, señor?

El señor Presidente. —Todos, porque son los mismos en la sustancia.

El señor Infante. —He oido a dos señores que, en mi concepto, han manifestado un dictámen mui juicioso sobre los proyectos en discusion: el uno, es el señor que primero habló en esta sesion, i, el otro, el que presentó en la sesion de ayer una mocion, dirijida a que se suspenda la actual discusion i continúe el Congreso discutiendo el proyecto de Constitucion. Ámbos han indicado que el actual Presidente de la República, al instruirle de su nombramiento, dirijió al Congreso su renuncia, fundándola en que no tenia leyes orgánicas a que ajustar sus operaciones gubernativas, i que el Congreso, negándose a esa renuncia, protestó darle leyes; de aquí han deducido mui bien que, no cumpliéndose con dar esas leyes, como va a suceder, si el Congreso se disuelve, el Presidente de la República está en el caso de su renuncia; i yo añado que, por esta misma causa, debe oírsele sobre los proyectos en discusion, i al efecto hago formal indicacion para que, a su tiempo, la resuelva el Congreso. Entretanto, me contraeré a dichos proyectos.

Con dolor observo que, en los Congresos de