Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXVII (1840-1841).djvu/339

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
331
SESION DE 28 DE JULIO DE 1841

aislados i escondidos en un corto número de personas, ya sea por el espíritu de fraternidad que enjendra entre los colegas i que tan saludable es en el foro, ya, en fin, por el lustre que adquiere el noble ejercicio de los defensores de la justicia. El Gobierno cree dar un paso avanzado en favor de la administracion de justicia promoviendo la formacion del colejio.

Culto.— Por lo que respecta al Culto debo esponeros desde luego que se han recibido las bulas en que Su Santidad, accediendo a las preces que con acuerdo de la Lejislatura le dirijió el Gobierno, erije en Metropolitana la Iglesia Catedral de Santiago i crea ademas los Obispados de Coquimbo i de Chiloé. El mui Rvdo. Arzobispo de Santiago fué inmediatamente investido de su dignidad i en el dia la Iglesia Chilena, elevada a superior jerarquía, tiene la satisfaccion de mirar a su frente un celoso prelado que puede ocurrir a sus necesidades espirituales, sin los entorpecimientos que el antiguo órden de cosas orijinaba en la secuela de los juicios i en otros asuntos de no ménos grave trascendencia. Parece indispensable asignar al Arzobispo una renta algo mas proporcionada a su dignidad que la estremadamente mezquina de que ahora goza; un prelado que, por razon de su puesto, es el recurso ordinario de los menesterosos i el padre común en quien se depositan secretos pesares i las miseiias propias de la flaqueza humana, debe tener a mano recursos bastantes para derramar el consuelo en los corazones i salvar la virtud de la posicion azarosa en que la pone la indijencia.

Los Obispados de Coquimbo i de Chiloé no han sido aun establecidos por razon del fallecimiento del Obispo electo para uno de ellos, i por no haberse aun presentado a Su Santidad el sujeto que debe desempeñar el otro. Estas vacantes serán provistas seguramente tan pronto como se dirijan las correspondientes preces, así como lo ha sido ya la del Obispado de Concepcion, en la persona del Rvdo. Obispo que había sido presentado por el Gobierno de algún tiempo atras.

Algunas dificultades ocurridas para la admision de las bulas de este último fueron detenida i escrupulosamente examinadas por el Consejo de Estado, con prévia audiencia del fiscal de la Suprema Corte de Justicia, i puedo aseguraros que la resolucion adoptada por aquel cuerpo ha permitido gozar a la Iglesia de Concepcion los beneficios que promete el nombramiento de su prelado, sin que las regalías del patronato nacional hayan sufrido la menor ofensa.

Con el auxilio poderoso de estos prelados, podrá el Gobierno pensar sériamente en remediar las necesidades del Culto. El primer paso debe ser, en mi concepto, formar dignos ministros que penetrados de un saludable espíritu de caridad, inspiren al pueblo la virtud, enseñándoles con la voz i con el ejemplo la doctrina del Evanjelio.

Esta es la raiz de donde parten los frutos de la relijion; si ella está enferma, no hai que esperar resultados. Por fortuna el clero de Chile cuenta con sujetos llenos de ciencia i de virtud, bajo cuya direccion los nuevos sacerdotes pueden ejercitarse en la práctica de su ministerio, penetrándose del celo ilustrado i laudable de sus maestros. Mas, no es prudente confiar en materia tan importante, en la sola voluntad de los que quieran destinarse al ministerio sagrado, sino que es necesario ofrecerles estímulos que prometan un resultado mas seguro. La ilustracion que cunde aceleradamente en el pueblo chileno demanda, por otra parte, en los ministros de la relijion, conocimientos variados en las ciencias sagradas i profanas que los pongan al nivel de las circunstancias, conocimientos que no sujiere la sola piedad. Bajo este punto de vista los seminarios son establecimientos preciosos de donde, si están bien organizados, deben salir sujetos idóneos para el servicio de las parroquias, para la direccion de los negocios eclesiásticos, para la defensa del dogma i de la fé. Me es grato deciros que el Seminario de Santiago se halla en un pié bastante bueno, al paso que siento tener que lamentar el atraso del de Concepcion, en donde es mas notable la falta de ministros i mayor la necesidad que se tiene de ellos.

Las providencias tomadas por el digno prelado de aquella diócesis i el celo con que se ocupa en evitar este mal, hacen esperar su pronto remedio.

La division actual de los curatos es sobremanera defectuosa, pues algunos comprenden una estension excesiva, cuyas estremidades no pueden gozar de los auxilios del párroco, i otros proporcionan proventos mas que suficientes, cuando muchos no alcanzan a suministrar al párroco cómoda subsistencia.

El Gobierno ha pedido, tiempo ha, a los obispos de la República datos fijos sobre el particular i conseguidos que sean, entrarán en la difícil tarea de promover una division mas justa i proporcionada.

Miéntras que llega el tiempo de arreglar de una manera estable la asistencia relijiosa del pueblo, el Gobierno ha hecho dar las misiones acostumbradas en todas las provincias de la República. Por imperfecto que sea este sistema, al cabo se logra con él que las jentes del campo i de muchos pueblos, oigan siquiera una vez al año, la voz de los sacerdotes que les recuerde sus deberes i les haga detenerse algún tanto en la carrera del vicio. En el presente año los aislados habitantes del distrito del Paposo, último término septentrional del Estado, han tenido el consuelo de recibir tambien la instruccion relijiosa de que tanto tiempo habian carecido.

Una mision compuesta de sacerdotes distinguidos por su ardiente celo, se ofreció espontá-