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SESION EN 2 DE OCTUBRE DE 1844

No podemos quejarnos del Ministerio ni de la supremacía, por el aislamiento en que nos hallamos, pues aunque tengan la mejor voluntad para colocarnos, segun datos que hemos obtenido de las personas que han hablado por nosotros, sólo ha consistido, segun llevo espuesto, en la falta de vacantes en las plazas subalternas.

Pero no pudiendo ya subsistir sin grave deshonra ante la sociedad, i la falta de recursos para subvenir a la precisa alimentacion siquiera, ocurro rendidamente ante la piedad de Vuestra Soberanía para que tomando en consideracion nuestra inocencia, el fiel desempeño en tantos años de servicios, i que nuestra suspension del destino sólo fué causada por culpabilidad de otro, se digne resolver, que el Supremo Gobierno me destine, aunque sea, en clase de agregado, a cualquiera de las oficinas del Estado, con el sueldo que gozaba por mi último empleo, cuya gracia inmortalizará la memoria, en nuestras familias, de los dignos representantes de la Nacion que administran tan fiel i rectamente la justicia que reclama un honrado ciudadano, etc. — Soberano señor. Bartolomé Gómez.}


Núm. 162

Honorable Cámara de Senadores:

Los directores del Asilo del Salvador, establecido en esta capital para socorro de pobres vergonzantes, reverentemente hacen presente a esta honorable Cámara, que varios ciudadanos compadecidos del lastimoso cuadro que presentan muchas personas i familias que nacieron con alguna comodidad i recibieron una educacion superior a las de las clases ínfimas, i se hallan sumerjidas en los horrores de la miseria, espuestas a perecer de hambre o a prostituirse; i observando que falta en toda la República un lugar a donde se acojan las personas que por sus circunstancias no pueden refujiarse en el hospicio de inválidos, i que ni este establecimiento tiene ya capacidad para recibir, han formado una sociedad piadosa para establecer el Asilo de que son directores vuestros peticionarios.

Es demasiado conocido que esta fundacion no puede subsistir, a lo ménos por ahora, sin la eficaz proteccion i los auxilios del Gobierno. Seria molestar inútilmente la atencion de la Cámara, si emprendiésemos manifestarle la necesidad indispensable de un Asilo de esta clase i la obligacion de justicia que tiene la Nacion de proporcionar medios como socorrer esta estrema necesidad, i el Gobierno de contener por este arbitrio la corrupcion de costumbres.

El Asilo que hemos fundado no cuenta con mas recurso seguro que las limosnas voluntarias de las personas compasivas, que no alcanzan a enjugar las lágrimas de las desventuradas que se propone socorrer. En esta atencion, vuestros peticionarios suplican a la honorable Cámara en nombre de la Relijion, en nombre de la humanidad, en nombre del deber nacional, i con la confianza de que se dirijen a los representantes de un pueblo cristiano i altamente compasivo, se digne iniciar una lei por la que se señale una dotacion permanente al Asilo del Salvador, o se autorice a lo ménos al Presidente de la República para que socorra este establecimiento, ya sea proporcionándole un local conveniente en que se sitúe, o ya suministrando la suma de dinero necesaria para el modesto edificio del que la Sociedad adquiera por otros medios.

Sobre esta gracia vuestros peticionarios se atreven a implorar la concesion de otra, a saber que la presente solicitud se tome en consideracion i se ponga en la órden del dia de la Cámara, con preferencia, así porque es mui urjente el ausilio que se pide para emprender la obra ministerial del Asilo, como porque quedan mui pocos dias de sesion a las Cámaras, i el quedar pendiente la resolucion para otra Lejislatura haria desmayar el celo de muchos. — José Gandarillas. — Pedro N. Fontecilla. — Ignacio Moran. — Zoilo Villalon, Secretario de la Sociedad.


Núm. 163

Se ha dado cuenta a esta Cámara del ofició en que V. E. anuncia haber resuelto prorrogar las sesiones del Cuerpo Lejislativo por veinte dias mas, contados desde el 1.º del corriente.

Dios guarde a V. E. — Santiago, Octubre 3 de 1844. — A S. E. el Vice Presidente de la República.


Núm. 164[1]

Cuando en la Cámara de Senadores se trataba de organizar la Oficina de Estadística, El Araucano, respondiendo a algunas objeciones que se hacian contra el proyecto, decia estas palabras: "No hai hombres," es el argumento jeneral contra todo lo que se desvia del camino trillado. No es tiempo todavía, es el atrincheramiento de la indolencia soñolienta contra todo lo que tiende a sacarla de su dulce letargo. No hai hombres porque no queremos serlo, porque la idea de trabajo i de responsabilidad nos espanta. ¿Hasta cuando ha de darse aires de sensatez i cordura a lo que sólo es apatía i pereza? Declámase contra el Gobierno, acusándole de inactivo i estéril, i no,se toman en cuenta los obstáculos que se le suscitan, ni esa fuerza de inercia que rechaza todo lo nuevo, sin mas razon que serlo " Para confirmar estas tristes verdades, la

  1. Este artículo ha sido tomado de El Progreso del 4 de Noviembre de 1844, núm. 615. - (Nota del Recopilador)