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CONGRESO NACIONAL

costumbres, i que, al mismo tiempo, deban ser respetadas. Yo no quisiera que mi nombre apareciese en ningún cuaderno que llevase el nombre de Constitución. El ejemplo de Estados Unidos es absolutamente inadaptable a nuestro país. Estos tenian costumbres porque cada Estado o provincia tenian sus leyes particulares ántes de la revolución, i nosotros no hemos tenido ningunas. Sus Constituciones particulares han sido formadas sobre esas leyes antiguas, i aun la Constitución de Estados Unidos se funda en las mis mas bases. Nosotros necesitamos primero formar costumbres, para esto el Congreso debe limitarse a dictar unos pocos decretos que podrían llevar, si se quiere, el nombre de lei; a fijar su duración i cuándo deberá volver a unirse la Representación. Nosotros no nos hetrgjs reunido con facultad de hacer todo lo que convenga en las actuales circunstancias. Yo aun haria otra indicación al Congreso, i era que si se han de empezar los trabajos se estimase al autor de la Constitución de que se trata, si se busca de buena fe el bien del país. En esta propuesta me parece que no basta para hacemos temer la condicion antigua ni la reputación del autor, i éste seria un gran servicio al país.

El señor González. —Es un equívoco que toda la soberanía de los pueblos esté transferida en el Congreso. Los pueblos siempre conservan su soberanía. Así nosotros hemos venido a reclamar los derechos de éstos que habian sido usurpados. Ellos han decidido que la Constitución no debe existir i están decididos por que la Constitución se derogue. Si ellos la admitieron al principio fué por la fuerza; en Concepción ha sido necesario que el mismo Director interpusiese sus respetos para que se jurase; en Coquimbo 2,000 bayonetas la hicieron jurar. Aquí en la capital, donde mas estaba en planta i donde tenia mas partidarios, hemos visto una poblada que se ha levantado por quitar esa Constisucion, i aquí era donde estaban los autores que podrían tener mas partidos para sostener esa Constitución.

Cuando se dice que no estamos en el estado que estaba Norte América al tiempo de su emancipación; que no tenemos virtudes, no tenemos costumbres, yo creo al listado de Chile i lo considero con luces suficientes para saber apreciar una Constitución buena; creo que en su materia de Constitución nada podrá influir el Ejecutivo. La Constitución no es mas que las reglas bajo las que han de ser los pueblos gobernados; así el Gobierno no tiene que entrar en la discusión de sus leyes.

Soi, pues, de parecer que sin mas discusiones se declare nula la Constitución.

El señor Elizalde. —Señor, aunque por ahora no me ocurren mas reflexiones que las que he oido a los señores diputados, sin embargo, hai mucho embarazo para tratar si debe reformarse. Otros señores han dicho que sus poderes han sido jeneralísimos; unos lepresentantes han sido nombrados o electos por los pueblos con estos poderes, i los demás con otros; pero todos se deben interesar en el bien del país. Señor, el diputado cuyo poder ha sido clasificado, si entra a tratar sobre negocios jenerales, mañana ese pueblo dirá de nulidad de todo lo obrado, porque dirá: "Tú te excediste de lo que te mandé." Yo creo que los pueblos, unos se han desentendido de la convocatoria i han dado a sus diputados un poder jeneral; otros, por el contrario, han creído solo necesario autorizarlos para que examinen la Constitución, porque unos han creido conveniente reformar esa Constitución, i otros han querido otra; con que yo creo que esta indicación debemos tenerla presente. Aquí han dicho públicamente algunos diputados que sus poderes han sido para tales i tales asuntos; los míos son jeneralísimos. Yo creo que el Congreso, ante todas cosas, debe fijar sus atribuciones, arreglándose a los diferentes poderes que tienen los diputados, no sea que mañana hagamos una Constitución i los pueblos la anulen. Yo pido al Congreso que tome en consideración esta indicación.

El señor Albano. —He pedido la palabra solamente para apoyar algunas indicaciones que se han hecho en el curso de la discusión; pero he visto emitirse algunos principios cuyas ideas, pasándose, podrán traer consecuencias mui malas. Todo pueblo, cuando se le oprime con reglamentos, tiene derecho para incorreccionarse; así se vió el país en el período pasado, cuando se le quiso agobiar con la Constitución. La Constitución tiende a evitar la reunión de estos cuerpos deliberativos. Este es un delito, porque usurpa a los hombres sus derechos mas sagrados.

Los hombres que han entrado en la revolución no pueden sacrificar sus principios a unas teorías que no creo dignas de admitirse en ninguna lejislacion. Se ha tocado un hecho i sobre este principalmente hablaré. Hecho que fué consecuencia necesaria de esa arbitrariedad de haberse sustituido de una Constitución a otra. (El Presidente pidió el órden.) Entro al órden aunque no he merecido que se me llame a él. Si se declarase este hecho debería el autor de esto sufrir.

(El Presidente interrumpió levantando la sesión.)


ANEXOS

Núm. 124

El ciudadano diputado Manuel Iñiguez llama la atención de esta augusta representación al suceso de este dia con el Ministro de Hacienda, don Diego Benavente, i reclama otra satisfacción por las injurias que ha sufrido, en las que se envuelve el Ínteres de todo el Congreso i el de la libertad de opinar. Toda la Sala ha oido que se ha tratado a la mocion hecha para la seguridad de los bienes nacionales de adefesio i fun