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La fuente de piedra
vertía su eterno
cristal de leyenda.
Cantaban los niños
canciones ingenuas,
de un algo que pasa
y que nunca llega:
la historia confusa
y clara la pena.
Vertía la fuente
su eterna conseja:
borrada la historia,
contaba la pena.
IX
ORILLAS DEL DUERO
Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caserón solitario.
ya las golondrinas chillan. Fasaron del blanco invierno,
de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
Es una tibia mañana.
El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.
Soledades
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