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Las más hondas palabras
del sabio nos enseñan,
lo que el silbar del viento cuando sopla,
o el sonar de las aguas cuando ruedan.

XXVIII

Tal vez mano, en sueños,
del sembrador de estrellas,
hizo sonar la música olvidada

como una nota de la lira inmensa,
y la ola humilde a nuestros labios vino
de unas pocas palabras verdaderas.

XXIX

Y podrás conocerte recordando
del pasado soñar los turbios lienzos
en este día triste en que caminas
con los ojos abiertos.

De toda la memoria, sólo vale
el don preclaro de evocar los sueños.

XXX

Los árboles conservan
verdes aún las copas,
pero del verde mustio
de las marchitas frondas.